lunes, 7 de noviembre de 2016

Tormentas. Algunas de las precipitaciones más relevantes son las de tipo tormentoso. Las tormentas se forman siempre en un cumulonimbo que se origina tanto por convección térmica como por frentes fríos, pero a veces también resulta de un ascenso orográfico. Las de convección térmica y orográfica suelen durar de unos 30 a 60 minutos; abarcan un territorio muy pequeño (entre 25 y 50 km2) y son típicas de verano. Las frontales son menos frecuentes en nuestro país, pueden durar horas, ocupan mayor territorio y se suelen dar en otras estaciones del año. 
Para que haya una tormenta tiene que existir una intensa convección y unas fuertes corrientes térmicas ascendentes que originan procesos de electrificación mediante los cuales los cristales de hielo se quedan con carga positiva y las gotitas de agua con carga negativa. La superficie terrestre que hay justamente debajo de la nube también se carga positivamente. Estas cargas positivas se acumulan en los lugares puntiagudos, como árboles, torres, postes o antenas.
De esta manera, el campo eléctrico entre la superficie terrestre (generalmente cargada negativamente) y la ionosfera (cargada positivamente) queda invertido y se genera una fuerte corriente eléctrica que da lugar a los rayos. Éstos trasladan electrones hacia los lugares donde se encuentran las cargas positivas: entre la base y la cima de la nube, entre nube y nube y, lo que resulta más peligroso, entre nube y tierra. Posteriormente, se oye el trueno, que es el resultado de la onda expansiva producida al calentarse el aire en contacto con el rayo hasta unos 8000ºC. Los rayos de las tormentas constituyen un mecanismo eficaz de fijación del nitrógeno atmosférico, pero también constituyen un riesgo, ya que son la causade la muerte de personas y animales y de numerosos incendios forestales.

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